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La imaginación humana ha transformado el mundo. Para bien y para mal. Todo lo que somos –lo bello y lo terrible– ha sido impulsado por la fuerza imparable de nuestra imaginación.

Hicimos el fuego. Y con el calor y la luz creamos todo lo que nos enorgullece: la ciencia, el arte, la arquitectura, la exploración espacial… Pero ese poder transformador también nos trajo a este punto de la historia, donde el modelo de vida mayoritario, de producción y consumo, amenaza nuestra propia supervivencia y, tal vez, hasta la del planeta, el hogar que compartimos con otros dos millones de especies vivas (sólo entre las descubiertas).

Sólo si lo peor no ocurre, la tecnología creada por la imaginación humana será en realidad una victoria. Y no –como parece ahora–, una ruta de escape. Pero si la imaginación nos trajo a este momento histórico, definitorio de nuestro futuro, puede ser también la imaginación la que nos ayude a superarlo.

Muchas de las soluciones ya existen y han existido durante largo tiempo. Ponerlas en práctica, y crear las que falten, sin embargo, requieren una voluntad enorme. Porque implica vencer inercias políticas, sociales y económicas, círculos viciosos que nos atrapan desde hace tiempo como especie.

Se trata, sobre todo, de recuperar la dimensión humana de la vida: en la economía, en el trabajo, en la construcción de la felicidad y, en general, en nuestros propósitos como especie; es decir, en todo aquello que nos alienta a explorar el mundo como seres, en verdad, humanos.

En Yonton Te, creemos que las soluciones a los problemas que aquejan al mundo deben pasar, necesariamente, por cambiar el modelo de vida en las ciudades, y el de producción de alimentos, en el campo. Esto es, construir modelos éticos basados en el bien común, que nos impulsen a crecer juntos y a tener vidas mejores, justas y felices, en la ciudad y en el campo.

Nosotros tenemos una idea que, pequeña como es por ahora, bien podría producir un cambio escalable, con un modelo capaz de ajustarse a cada contexto específico.

Es difícil creer en lo que no podemos ver. Por eso, para poner a prueba nuestra idea y demostrar que es posible, empezamos a realizarla en Chiapas, hace cinco años. Con voluntad e imaginación.

¿Qué es la Iniciativa Yonton Te A.C.?

Yonton Te significa «corazón de árbol» en lengua tsotsil, una de las lenguas originarias de Chiapas, México, lugar donde nació este proyecto.

La Iniciativa Yonton Te es un proyecto de agricultura y ganadería regenerativa, que promueve un desarrollo ecológico y social, con respeto a los bosques y a los procesos naturales de la vida animal y vegetal.

Nuestro objetivo es demostrar que las necesidades humanas pueden integrarse al resto de la vida en la Tierra, en convivencia armónica con el medio ambiente. Y además, que es viable hacerlo a cualquier escala. Grande o pequeña.

Llevamos cinco años en este camino. Y lo que hemos descubierto ha superado por mucho nuestras expectativas iniciales.

Suele pensarse que el trabajo campesino es mecánico, duro y aburrido. Puede serlo, en efecto, cuando la técnica pierde la dimensión humana, en favor de procesos industriales, extensivos. Peor aún: la riqueza que para unos crea ese tipo de trabajo significa, para otros, una fuente de pobreza y de destrucción de los espacios donde viven y de la naturaleza, en general. 

En nuestro caso ha sido todo lo contrario. Ahora mismo, podemos decir que sería imposible afrontar los problemas cotidianos del trabajo campesino sin disponer el espíritu a la experimentación: al ensayo y al error. Y vale la pena. Porque al final, el esfuerzo ha devenido en fuente inagotable de energía creativa y de realización humana, no sólo para quienes nos involucramos directamente, sino también para las familias y comunidades cercanas, que se acercan con curiosidad e interés a aprender y a aportar conocimiento. 

Con el tiempo, de forma gradual, esa integración en el trabajo y el conocimiento campesinos nos permitirá construir cooperativas exitosas. Competitivas y económicamente rentables. Pero también, y sobre todo, humanas y en armonía con la naturaleza.

El espacio donde todo eso ocurre está en Chiapas, México. Se llama Lum Ha’, rancho demostrativo, un lugar de producción, pero sobre todo, y fundamentalmente, destinado a la educación. Su propósito es inspirar, a través del ejemplo, a las comunidades aledañas, donde viven aprox. 5 mil personas. 

Nuestro deseo es plantar esta semilla, que queremos ver crecer grande, hermosa, fuerte, solidaria. En especial, entre los jóvenes de esas comunidades, con actividades educativas y en colaboración con las escuelas.

¿Por qué en Chiapas?

Chiapas es uno de los lugares del mundo con mayor diversidad biológica y riqueza de recursos naturales. Paradójicamente, es también uno de los estados más pobres de México. Si el modelo de permacultura que promueve Yonton Te tiene éxito aquí –como lo ha tenido hasta hoy–, sin duda alentará a más comunidades cercanas a formarse en el rancho demostrativo, a crecer juntos y, por esa vía, mejorar sus vidas.

La región de Chiapas donde nació Yonton Te y el rancho demostrativo Lum Ha’ es un bosque de niebla, que a su vez da hogar a numerosas especies animales y vegetales endémicas. La tala inmoderada y la minería son sus principales amenazas. O más precisamente, la pobreza. Porque las personas aquí suelen recurrir a esas actividades por necesidad, más que por avaricia.

Una montaña es devastada en muy poco tiempo, para vender material pétreo a la industria de la construcción. Un árbol, de entre 50 y 100 años de edad, es talado para obtener una ganancia magra, pero inmediata, de alrededor de $1,500 mx (€60). Las tierras deforestadas, además, se emplean en una agricultura que no alcanza a cubrir las necesidades económicas y de alimentación de las personas. Y cuando finalmente se degradan por el uso de fertilizantes químicos, necesitan talar otro pedazo de bosque y vuelve a reiniciarse el ciclo. La pobreza y la destrucción son, así, consecuencia de un círculo vicioso que se alimenta a sí mismo.

Desde luego, es posible transformar esas condiciones. Pero se necesita una estrategia de mediano y largo plazo. En Yonton Te tenemos una. Ya existe. Ha estado trabajando desde hace cinco años, con resultados que están a la vista. Pero no podemos hacerlo solos. Necesitamos de ti.

¿Qué necesitamos de ti?

Para que Lum Ha’, rancho demostrativo, logre autosuficiencia económica y operativa, necesitamos invertir en las siguientes actividades, durante los próximos dos años:

– Desarrollo de Keyline Design, un sistema de cosecha de agua pluvial basado en canales, estanques, caminos y plantaciones de árboles.

– Regeneración de la tierra, a través del pastoreo rotacional, las barreras contra el viento, cultivos cubiertos, etc.

– Desarrollo de criaderos de pastura, de diferentes especies de animales (cerdos, gallinas, borregos).

– Desarrollo de policultivos, en un entorno agroforestal.

– Desarrollo de horticultura orgánica, con banco de semillas y semilleros.

– Desarrollo de proyectos de compostaje, abonos y fertilizantes en el Rancho y su entorno.

– Bioconstrucción de infraestructura del rancho demostrativo (centro de procesamiento, taller de carpintería/herrería). 

– Desarrollo de un vivero forestal, con capacidad de más de 50,000 árboles al año.

– Plantación de parcelas de leña, huertos frutales, bancos de forraje y silvopastura.

– Bioconstrucción de estufas ahorradoras de leña y baños secos en la comunidad.

Una vez que se gestionen todas las inversiones y la operación comience a financiarse, la idea es que Lum Ha’ se transforme legalmente en una cooperativa, de la cual todos los empleados activos e iniciadores se convertirán en miembros. A partir de ese momento, Iniciativa Yonton Te, A.C. se concentrará en financiar la difusión e implementación del modelo desarrollado en Lum Ha’, en los terrenos comunales.

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Transparencia

Como toda organización civil seria, a cambio de tu donativo, nos comprometemos a presentar un informe trimestral y otro anual con los avances del proyecto. El destino de cada centavo será declarado y probado ahí de forma detallada.

Por ahora, puedes consultar en este enlace la estimación de los recursos a emplear en los próximos dos años y para los cuales requerimos tu apoyo solidario.

Lo que te pedimos, en realidad, no es sólo dinero, sino el compromiso, la convicción solidaria de que hay otras maneras de habitar el mundo. Te pedimos que nos ayudes a construir una de ellas. Y, sobre todo, que nos ayudes a resignificar el sentido del trabajo y el propósito humano en el planeta, en un viaje que, a pesar de todo, sigue siendo hermoso.